La revancha (1ª parte)
Vengan chicas, vamos a sentarnos aquí que hay un hermoso sol.
Pero está fresco voy a buscar un pulóver.
Apurate Zule, te esperamos.
No cuenten nada hasta que llegue...
Chicas, vieron que loca que es Marta, nos dio de comer en el patio con este frío.
Bueno no es para tanto. Ella dice que hay que aprovechar el solcito porque en el invierno vamos a estar todo el día adentro y eso de las vitaminas y que se yo...
Uf ...uf... ya llegué, no contaron nada no?
Hoy te toca a vos Eli, dale.
Bueno, hablando de sol, a mi de chica me gustaban los rayos de sol, jugaba con ellos. En el patio de mi casa había una enorme maceta con un helecho que rebalsaba y colgaba con sus pequeños racimos de flores de perfume tan delicado... adoraba jugar con los rayos de sol que caían sobre la planta, a veces me pinchaba los deditos con sus hojitas tan puntiagudas, pero era parte del juego. Me gustaba soplar en ese río de luz y hacer que las gotas de polvo se movieran.
Ese día estaba nerviosa, no conocía el significado de ese palabra pero me daba cuenta de mi excitación. Entraba y salía de la cocina, la radio estaba encendida pero todavía era muy temprano, sólo había música.
Y...ese es el cuento...?
Esperá un poco.
¡Al fin iba a tener mi muñeca...! Porque iba a ser para mí. No tenía sobre eso la menor duda. Había cortado del papel que envolvía la manteca la pequeña flor roja. Mi mamá había limpiado primero la parte grasosa del papel, hasta la había lavado y secado, luego al pedacito que se cayó varias veces al suelo lo puse en un sobre en el que con mi letra todavía algo torpe escribí: “Gran concurso manteca Tulipán” y atrás muy claramente puse mi nombre. Mamá me acompañó al buzón colorado de la esquina y me alzó para que echara la carta.
El tiempo pasaba muy lentamente, traje arrastrando un banquito al lado de la radio y me senté y justo cuando estiré mi vestido sobre las rodillas y empecé a contar las pequeñas lentejas blancas y duras sobre la tela transparente de mi faldita de plumetí amarilla , sentí la conocida voz del locutor: ¡¡¡ “ Y ahora el gran concurso Tulipán – la mejor manteca- ...!!!”
El corazón me latió tan fuerte que me sentí ahogar, hasta me zumbaron los oídos. Al fin iba a tener mi propia muñeca, una verdadera “Mariela”, solo mía , ya no iba a mirar con deseo la muñeca de paño de Rogelia, que a veces me la prestaba , pero solo por un ratito.
No es que nunca hubiese tenido una muñeca, si mi abuelo que era jardinero de una casa de ricos me trajo una vez una con cabeza de porcelana y cuerpo de pasta, de su panza colgaban unos piolines que si los estirabas se sentía un mmaaaa....mmaaaa.... que parecía un maullido. La cabeza era muy bonita apenas estaba despintada y como tenía la peluca algo despegada mi papá le puso cola de carpintero que tenía un olor horrible. Una tarde en que Mamá estaba tomando mate con una amiga y yo entraba y salía hasta que mi mamá me retó, decidí salir por última vez y para que no se diera cuenta de que sacaba la muñeca la tiré por la ventanita de la cocina, yo sabía que del otro lado había un banco. Cuando me escurrí detrás del delantal de mi mamá, salí y di la vuelta al patio encontré el primer cadáver de mi vida. Ahí estaba la muñeca con la cabeza de porcelana rota. Le faltaba todo el pedazo de la nariz y un ojo y adentro se veía el aparato que sostenía los globos celestes . Fue terrible, lloré mucho porque me sentía culpable de esa muerte.
Ya el locutor hablaba sobre la preciosa “Mariela” que estaba en su caja con su moño en la cabeza. “Y ahora el sobre ganador ... Ya saben ... si es un niño se lleva una pelota de futbol . Acá está ...este es el sobre ganador ... Y es una niña ... Y ...su nombre es...Maribel Fada “ Primero se hizo un gran silencio y luego un alboroto que iba creciendo... “ La niña está entre el público presente... Acá se acerca Maribel Fada con un enorme moño en la cabeza igual que el de la muñeca...”.
Maribel Fada me había robado mi muñeca. Sentí decepción, rabia, rabia, dolor; me dolía el estómago y la cabeza.¡ Pero si esa muñeca era para mí, era mi Mariela! Se me caían las lágrimas pero yo no estaba llorando, solo se me caían unas enormes lágrimas. Y odié por primera vez en mi vida . Odié con toda mi pequeña alma a Maribel Fada, nunca iba a dejar de odiarla, nunca en mi vida...
LA REVANCHA (2ª parte)
Che, y que pasó con ese cuento de la muñeca?
Pasaron los años y con ellos comenzó la vida de adulta, ojitos con los muchachos, amoríos y de pronto : !El gran amor! El noviazgo en la puerta, luego en la sala , mamá y sus platitos especiales para el candidato, papá y sus discretas preguntas... Y llegó el momento de conocer la familia del novio , único varón con cuatro hermanas mujeres, cuando me presentó me sentí como un animalito disecado, como una mosca pinchada con un alfiler para verla bajo la lupa.
Fui aceptada entre dientes, yo no abría la boca ni para comer. Poco a poco se fue derritiendo el hielo, no sé si para peor, porque apareció el fastidio rencoroso que había debajo : “Sabías que por vos el Nene dejó a su novia de la infancia? “
Si, él había tenido de novia a su vecinita, nada serio, pero la apretaba en el zaguán; las dos familias miraban con buenos ojos esa relación y se sonreían cómplices hasta que aparecí yo que sin valer gran cosa le robé el corazón al Nene.
Luego nos casamos y fuimos directamente a vivir al interior. Años mas tarde ya con hijos volvimos a la casa de su familia. Por un tiempo nos alojamos con ellos. Cada tanto como quien no quiere la cosa me hacían saber que la ex noviecita no lo había olvidado y que las visitaba a menudo. Yo ya tenía curiosidad por conocerla.
Y un día llegó la visita esperada, todas alborotadas mis cuñadas me la presentaron: “Mirá esta es Maribel Fada la que fue novia del Nene” No sé que cara puse que todos se quedaron mirándome. “Vos sos Maribel, Maribel Fada ... la que una vez ganó una muñeca en la radio?” Extrañada me contestó “ sí, cuando era chica... porqué?” No, no le podía decir porqué, lo único que atiné a preguntarle estúpidamente :”Y todavía tenés la muñeca...?” “Sí por ahí anda, en algún lugar de mi casa .
Sonreí feliz. Esa noche Maribel Fada podía dormir abrazada a la muñeca que me robó que yo lo iba a hacer abrazada al Nene, a mi amor....je...je .. que algún día fue su amor y que esta vez fui yo quien se lo robé.
