Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
img
img

 

 

Cuentos del geriátrico
Blog de robotina8

img
img
06 de Noviembre, 2009 · General

Mas cuentos ....

           MIS HORRORES

 

   —Julia vos tenés el mal de Parkinson?

   —No yo solo tiemblo cuando me pongo nerviosa.

   —Pero porque, es que te pasó algo de chica?

   —Como pasarme me pasaron muchas cosas. Lo primero que recuerdo que me pasó fue  cuando con mas o menos seis años vivía con mis abuelos en Lanús . Era costumbre matar un chancho todos los años para hacer los chorizos, la panceta, los jamones etc.... Mis abuelos hasta tenían en el fondo de su casa, al lado de la despensa un cuarto especial para ahumar, allí colgaban los trozos del cerdo, las morcillas, las salchichas para que así se conservaran.

   Llegó el día de la matanza, vinieron todos los parientes y amigos . llegó también el matarife trayendo un enorme cerdo que entró bufando. Lo siguiente que recuerdo son los gritos del matarife con su enorme delantal todo manchado, corriendo con un hacha al chancho mientras éste chillaba como loco, con un cuchillo clavado en el cuello desparramando sangre por todo el patio, por las maderitas entrelazadas pintadas de verde de la cocina de verano de mi abuela, por el piso, por mi vestido y mis brazos. A mis padres les costó mucho trabajo calmarme, porque mis gritos tapaban los chillidos del pobre puerco moribundo.

   —Que horror..! Después de oírte Lilita no come nunca mas un sándwich de jamón.

   —Y eran costumbres, no se iba a la fiambrería.

   —Hola chicas, llegué tarde porque me entretuve en la cocina. A que no saben que vamos a comer hoy? Frida está haciendo unas riquísimas costillas de cerdo...  Que les pasa acaso no les gusta?

 

 

                    LAS VISITAS

 

   —A mi nunca me gustó estar sola porque tengo mucho miedo.

   —Si ahora te parece que estás sola que vas a sentir cuando estés sola en el cajón, ahí si que vas a estar sola... todo oscuro, sin poder moverte , sin respirar ...

   —Callate Elsa, que mala sos. Porque la asustás así a la pobre Lilita, ella es muy miedosa.

   —Se acuerdan chicas de las “visitas”?

   —A mi me gustaban porque siempre traían algo rico para el mate.

   —En cambio cada vez que venían a mi casa yo agarraba un libro y una manzana y me subía a la morera y me quedaba allí hasta que me llamaban para despedir a las visitas.

   —Te gustaba estar sola.

   —No, no estaba sola estaba con mi libro y sus personajes, que eran más interesantes que el chismerío de las amigas de la familia. Yo nunca me sentí sola, tenía mis libros, el paisaje que me rodeaba y más que nada tenía mis propios pensamientos.

   —Pero alguna vez te sentistes sola?

   —Estuve sola , a ver... sí, en atrio de la iglesia, después de subir esa enorme escalinata, con el viento volando mi vestido de novia, mi pequeño velo en el aire y yo temblando y diciéndome –si no tengo fuerzas para entrar y llegar sola hasta el altar, como voy a tener fuerzas para llevar adelante un matrimonio.

   —Pero no tenías un padrino?

   —No, a mi padre no le gustaban esas cosas, así que decidí : o mi padre o ninguno y entré sola a la iglesia.

   —Pobrecita, como hicistes?

   —Entré con el ramito de azahares temblando entre mis manos y pisándome el vestido, porque como había adelgazado dos kilos la última semana, me quedaba grande.

   —Nadie te dijo que había que ir dándole pataditas al vestido?

   —Si, me lo dijeron después. Cuando entraba había un silencio total que de pronto fue roto por un grito: “No puedo más!” y un fuerte llanto. Todos miraron a mi amiga Sol, y lo primero que pensaron que era una novia despechada en lugar de una querida amiga muy emocionada.

  —Y vos?

   —Yo seguía caminando muy despacio sobre esa interminable alfombra, allá adelante estaba mi meta, no el altar sino mi novio, el que iba a ser el compañero de mi vida.

   —Y llegastes bien?

   —Sí, porque mi novio bajó del altar y me vino a buscar ofreciéndome su brazo sobre el que apoyé mi mano enguantada con encajes.

   —Que lindo, que romántico!

 

 

 

                    LAS VISITAS

 

   —A mi nunca me gustó estar sola porque tengo mucho miedo.

   —Si ahora te parece que estás sola que vas a sentir cuando estés sola en el cajón, ahí si que vas a estar sola... todo oscuro, sin poder moverte , sin respirar ...

   —Callate Elsa, que mala sos. Porque la asustás así a la pobre Lilita, ella es muy miedosa.

   —Se acuerdan chicas de las “visitas”?

   —A mi me gustaban porque siempre traían algo rico para el mate.

   —En cambio cada vez que venían a mi casa yo agarraba un libro y una manzana y me subía a la morera y me quedaba allí hasta que me llamaban para despedir a las visitas.

   —Te gustaba estar sola.

   —No, no estaba sola estaba con mi libro y sus personajes, que eran más interesantes que el chismerío de las amigas de la familia. Yo nunca me sentí sola, tenía mis libros, el paisaje que me rodeaba y más que nada tenía mis propios pensamientos.

   —Pero alguna vez te sentistes sola?

   —Estuve sola , a ver... sí, en atrio de la iglesia, después de subir esa enorme escalinata, con el viento volando mi vestido de novia, mi pequeño velo en el aire y yo temblando y diciéndome –si no tengo fuerzas para entrar y llegar sola hasta el altar, como voy a tener fuerzas para llevar adelante un matrimonio.

   —Pero no tenías un padrino?

   —No, a mi padre no le gustaban esas cosas, así que decidí : o mi padre o ninguno y entré sola a la iglesia.

   —Pobrecita, como hicistes?

   —Entré con el ramito de azahares temblando entre mis manos y pisándome el vestido, porque como había adelgazado dos kilos la última semana, me quedaba grande.

   —Nadie te dijo que había que ir dándole pataditas al vestido?

   —Si, me lo dijeron después. Cuando entraba había un silencio total que de pronto fue roto por un grito: “No puedo más!” y un fuerte llanto. Todos miraron a mi amiga Sol, y lo primero que pensaron que era una novia despechada en lugar de una querida amiga muy emocionada.

  —Y vos?

   —Yo seguía caminando muy despacio sobre esa interminable alfombra, allá adelante estaba mi meta, no el altar sino mi novio, el que iba a ser el compañero de mi vida.

   —Y llegastes bien?

   —Sí, porque mi novio bajó del altar y me vino a buscar ofreciéndome su brazo sobre el que apoyé mi mano enguantada con encajes.

   —Que lindo, que romántico!

 

 

     

LOS PADRES

 

   —Dios mío, que larga fue la noche!

   —Que le pasó a Yolanda, se volvió loca, gritaba tanto...

   —Parece que le vino un ataque, la van a pasar a un pabellón del fondo. Hace varias noches que no nos deja dormir.

   —Pero que le pasaba?

   —No se, gritaba “papá...papito...papiiiiito...”. Así toda la noche. Parece que se le cruzaron los cables y se volvió nena otra vez.

   —Mirá que sos mala, pobrecita Yolanda.

   —Como se nota que vos no dormías en el mismo cuarto de ella. Cuando no llamaba a su padre y yo ya me estaba durmiendo, venía al lado de mi cama y me sacudía para despertarme para preguntarme si lo había visto a su papá

   —Pobre, se ve que lo ha querido mucho.

   —Todas hemos tenido un padre, algunas lo hemos querido mas que otras; algunos eran mas cariñosos otros mas severos, pero eran nuestros padres, eran otras épocas: el padre era eso, un padre no un amigo. Amigos hay muchos....

   —Mi papá era especial. Cuando nació mi hermanita yo tenía doce años y mi mamá me ocultaba la panza, las batitas que tejía, las conversaciones sobre el tema con sus amigas. Y eran otros tiempos, se ocultaba todo. Cuando la internaron y nació mi hermanita mi papá me llamó, me sentó frente a el y me explicó lo que pasaba . Cuando terminó me dijo que necesitaba mi ayuda, como el tenía que trabajar yo iba a ser la encargada de llevar los pañales y traer la ropa sucia del hospital. Cuando al otro día tomé el tranvía como me explicó mi padre iba con la cabeza levantada, tan orgullosa de que él hubiera confiado en mí.

   —Y sí , hace cincuenta años a los chicos se les ocultaba todo. Un día vino mi nene del colegio, era chiquito, todo avergonzado me preguntó “ Mami es cierto lo que me dijeron los chicos del “cole”, que yo salí de allí y tímidamente me señaló la panza”. No tuve que pensar la respuesta. “Si querido es cierto”. Abrió grande los ojos, me miró fijo y se abrazó fuerte a mi cintura mientras me decía. “Que lindo mamá, entonces yo soy un pedazo de tu corazón”.

   —Que momento mas hermoso, me emocionaste.

   —Ah si, a vos te pareció lindo pero cuando le conté a mi mamá y a mi suegra se horrorizaron y por poco me trataron de loca.

   —Ellas seguían siendo de la época del ocultamiento. Pero parece que tu papá pensaba distinto.

   —Cuando cumplí los quince años me entregó un enorme paquete y me dijo:”como tu madre no sabe explicarte algunas cosas con esto podés aprender. Era la colección completa de “Viva Cien Años”. En esa revista aprendí todo de la anatomía y vida sexual del hombre y por supuesto de la mujer.

A los dieciocho años su regalo fue: “Hasta ahora te cuidamos nosotros, de ahora en más te cuidás sola, pero ojo, si te llega a pasar algo....lo que sea, a los que tenés que acudir primero es a nosotros, que tu madre y yo siempre te vamos a ayudar.

   —Que lindos regalos de cumpleaños. En cambio a mí, a veces ni se acordaban, éramos tantos en la familia. Cuando cumplí los dieciocho, volvía de trabajar y tenía que caminar como diez cuadras de la estación para llegar a mi casa. Iba por el medio de la calle de tierra ya era de noche, iba pensando que nadie me había saludado. Estaba muy triste y le pedí a Dios algún regalo. Para pedirlo levanté la vista y asombrada vi ese cielo oscuro lleno de millones de estrellas parpadeando solo para mí.

 

 

publicado por robotina8 a las 15:48 · 1 Comentario  ·  Recomendar
Más sobre este tema ·  Participar
Comentarios (1) ·  Enviar comentario
Parece mentira que hace unos años atrás se ocultaba hasta el nacimiento de un hermanito. Por suerte ha cambiado el concepto de la vida y hoy es recibida la noticia de una concepción como una bendición... Je...je... a veces . Son tan lindos los chicos ,pero luego crecen y crecen y te traen cada problema que realmente lo que menos piensas es sobre la alegría que te dio cuando llegaron y lo único que sientes es una gran gana de mandarlos de vuelta.
publicado por Dulce, el 11.12.2009 16:16
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>, <li>· Lista</li>
img
.Sobre mí
FOTO

Elena Sz. Szoke

Juegos de mente.

» Ver perfil

img
.Calendario
Ver mes anterior Abril 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930
img
.Buscador
Blog   Web
img
.Tópicos
» General (11)
img
.Nube de tags [?]
img
.Secciones
» Inicio
img
.Enlaces
img img
FULLServices Network | Crear blog | Privacidad